Hace unos días celebramos con una cena familiar mi cumpleaños y el santo de los hombres de casa. Así que me esmeré y preparé una mesa dulce. Pero una mesa dulce no-profesional, sin pretensiones, sencillita y casera.
Y como hay que renovarse o morir (aunque no creo que haya que ser tan drástico, la verdad) decidí que no habría pastel de cumpleaños. Velas sí, porque sin velas no hay cumpleaños que se precie, así que las puse en una torre de cupcakes substituyendo al pastel.
La mesa era variadita, variadita: mini lemon drizzly cakes, mini donuts de chocolate y glaseado de azúcar, cupcakes de vainilla con frosting de queso y rellenos de mermelada de melocotón, vasitos de lemon curd, mini crostata de lemon curd y moras, caramelos y palomitas dulces. ¡Para todos los gustos!
Espectacular!!!!!!!
Jajajaja, un petonàs!!!!!