No es la primera vez que lo digo: soy una auténtica forofa de las mermeladas caseras. Cuando en casa tengo fruta demasiado madura o en demasiada cantidad o que no está muy buena, rápidamente me pongo manos a la obra y hago mermelada.
Y eso me paso con una piña que compré y que no estaba demasiado dulce. Hacer mermelada es fácil y el resultado no se puede comparar con la que se comercializa. Además, la imaginación al poder. Se pueden mezclar sabores o ser creativo y añadir ingredientes poco habituales. Todo está permitido.
MERMELADA DE PIÑA
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500 grs de piña limpia y troceada
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50 ml de agua
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150 grs de azúcar blanquilla
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100 grs de azúcar moreno
Pelar y trocear la piña hasta hacer los 500 grs. Poner en un recipiente, cubrir con los dos tipos de azúcar. Mezclar bien y dejar reposar unas horas en la nevera.
Pasado ese tiempo, poner al fuego y llevar a ebullición aproximadamente 30 minutos o hasta que nos parezca que la textura es la correcta. Si os gusta con una textura fina, se puede triturar.
Si hacéis cantidad, lo mejor es envasar al vacío. Aquí está el enlace a mi mermelada de fresas con pimenta rosa donde explico cómo hacerlo.